martes, 27 de diciembre de 2011

Mi primer poema, El árbol de mi vida.

Llevo sabia de árbol,
que soporta cien vendavales.
Malditas tormentas,
casi me tiran sus aires.

Marchó el implacable otoño,
me había arrebatado el traje,
y al llegar el invierno,
no tuve amparo de nadie.

¿Seré yo quién de abrigo,
a esos árboles caídos?
Los que no me cuidaron,
y me echaron al olvido.

A esos abetos ancianos,
no les toque nadie,
ellos dan buen respaldo,
el que dan los buenos padres.

Enseñaré a los árboles nuevos,
lo importante que es el respeto,
y de paso que lo aprenda,
el alcornoque más viejo.

Que aprenda a decir te quiero,
para no perder acacia linda,
por un cardo borriquero,
que solo espine su vida.

Yo, aun no quiero oír,
esos pobres lamentos,
de cipreses entristecidos,
ni conocer aquel barrio viejo.

No quiero otoños ni inviernos,
prefiero las primaveras,
esperar del verano sosiego,
y se quede siempre a mi vera.

Viviré feliz en mi bosque,
sin pisar raíces a nadie,
que nadie pise las mías,
pues no soy árbol cobarde.

Yo espero otra primavera,
que el amor me devuelva el traje,
mas vestidos de hojas nuevas,
y saber que aun no es tarde.

Seguiré dando cobijo,
a mis dos naranjitos nuevos,
son como dos hijos,
mi vida, cuánto los quiero.





No hay comentarios:

Publicar un comentario